El embarazo es una etapa de grandes cambios físicos y emocionales. A lo largo de nueve meses, el cuerpo de la mujer se adapta para acoger y proteger al bebé, lo que implica modificaciones en la postura, la musculatura y las articulaciones. Aunque es un proceso natural, muchas embarazadas experimentan molestias que pueden afectar a su bienestar diario: dolor lumbar, sobrecarga en piernas, tensión cervical o sensación de pesadez.
La fisioterapia se presenta como una aliada segura y eficaz para aliviar estas molestias y preparar el cuerpo para el parto y la recuperación posterior. A través de técnicas específicas y ejercicios adaptados, ayuda a mantener la movilidad, mejorar la circulación y prevenir dolencias frecuentes durante esta etapa.
Cambios físicos durante el embarazo
Durante el embarazo, el cuerpo femenino atraviesa transformaciones profundas. El aumento del peso, el desplazamiento del centro de gravedad y la acción de las hormonas —que relajan los ligamentos para facilitar el parto— provocan una mayor inestabilidad en la pelvis y la columna. Estos factores, junto con la retención de líquidos y el sedentarismo, son los responsables de muchas de las molestias más comunes.
Algunas de las más frecuentes son:
Dolor lumbar o ciático, debido al aumento de la curvatura de la espalda.
Molestias en cuello y hombros por la tensión acumulada.
Hinchazón en piernas y tobillos a causa de la retención de líquidos.
Calambres nocturnos y sensación de piernas pesadas.
Dolor en la pelvis o el pubis por la relajación de los ligamentos.
Aunque son síntomas habituales, no deben asumirse como inevitables. Con el acompañamiento adecuado, es posible reducirlos y mejorar la calidad de vida durante el embarazo.
Cómo puede ayudar la fisioterapia
La fisioterapia en el embarazo se centra en aliviar el dolor, mejorar la postura y facilitar la movilidad. Todas las intervenciones se adaptan a cada trimestre, respetando los cambios del cuerpo y las necesidades de la madre y del bebé.
Entre las técnicas más habituales se encuentran:
Terapia manual suave, para liberar tensiones en la espalda, el cuello o la pelvis.

Ejercicios de movilidad y estiramientos, que reducen la rigidez muscular.
Trabajo de suelo pélvico, clave para preparar el cuerpo al parto y prevenir incontinencias.
Ejercicios respiratorios y de relajación, que ayudan a controlar el estrés y mejorar la oxigenación.
Drenaje linfático manual, muy útil para aliviar la hinchazón de piernas y pies.
El fisioterapeuta también enseña posturas adecuadas para dormir, levantarse o cargar peso, evitando movimientos que puedan aumentar el dolor lumbar o la presión pélvica.
Alivio del dolor lumbar y pélvico
El dolor de espalda es una de las principales molestias del embarazo, especialmente a partir del segundo trimestre. El aumento del tamaño del abdomen y la relajación de los ligamentos provocan que la pelvis se incline hacia adelante, sobrecargando la zona lumbar.
La fisioterapia ofrece ejercicios sencillos y seguros para fortalecer el abdomen profundo y los músculos que sostienen la columna. Algunos ejemplos son:
Basculaciones pélvicas suaves en posición de cuatro apoyos.
Estiramientos del gato-vaca para mejorar la movilidad lumbar.
Ejercicios de respiración diafragmática para relajar la musculatura.
Además, la terapia manual puede aliviar bloqueos articulares y reducir la tensión en la zona sacroilíaca. Estos cuidados, combinados con pautas posturales diarias, disminuyen el dolor y evitan que se vuelva crónico.
En el artículo sobre tratamientos de fisioterapia más comunes para el dolor de espalda explicamos cómo el fortalecimiento del core y la reeducación postural son esenciales para mantener la salud lumbar, también durante el embarazo.
Mejora de la circulación y alivio de la hinchazón
La retención de líquidos y la compresión de los vasos sanguíneos por el crecimiento uterino pueden causar hinchazón en piernas y tobillos, así como sensación de pesadez o calambres. En estos casos, el fisioterapeuta puede aplicar drenaje linfático manual, una técnica segura que estimula la circulación y reduce la acumulación de líquidos.
Además, se aconseja realizar movimientos suaves de piernas y pies para favorecer el retorno venoso, así como mantener las piernas elevadas durante el descanso. Estos cuidados, sumados a la actividad física moderada y a la hidratación adecuada, ayudan a mejorar la sensación de bienestar general.
Preparación del suelo pélvico
El suelo pélvico soporta el peso del embarazo y se ve sometido a una gran presión, especialmente en el último trimestre. Trabajar esta zona antes del parto es esencial para prevenir complicaciones posteriores como la incontinencia urinaria o la sensación de debilidad.
La fisioterapia incluye ejercicios de fortalecimiento y control de la musculatura pélvica, además de técnicas de conciencia corporal que enseñan a relajarla durante el parto. También se utilizan ejercicios respiratorios y posturas que mejoran la elasticidad y la circulación en la zona.
Posteriormente, tras el nacimiento del bebé, esta misma base servirá para una recuperación más eficaz, tal como explicamos en el artículo de fisioterapia tras un parto: recuperación del suelo pélvico.
Beneficios emocionales y bienestar general
El bienestar físico y el emocional están estrechamente relacionados durante el embarazo. Muchas mujeres acuden a fisioterapia buscando no solo alivio del dolor, sino también un espacio de relajación y conexión con su cuerpo.
Las sesiones, además de aliviar molestias, ayudan a disminuir el estrés, mejorar el descanso y aumentar la sensación de control sobre los cambios corporales. Este acompañamiento refuerza la confianza y la serenidad, factores importantes tanto para el embarazo como para el parto.
Entre los beneficios más destacados de la fisioterapia durante esta etapa se incluyen:
Reducción del dolor muscular y articular.
Prevención de la incontinencia urinaria.
Mejora de la circulación y reducción de la hinchazón.
Fortalecimiento del suelo pélvico y la postura.
Mayor bienestar emocional y sensación de calma.
Conclusión
La fisioterapia durante el embarazo ofrece una ayuda integral para aliviar el dolor, mejorar la movilidad y preparar el cuerpo para el parto. A través de ejercicios personalizados, técnicas manuales y pautas posturales, las futuras madres pueden vivir esta etapa con mayor comodidad y seguridad.
Además, el acompañamiento profesional proporciona confianza y favorece una recuperación más rápida tras el nacimiento. Cuidar del cuerpo durante el embarazo no es un lujo, sino una forma de garantizar bienestar tanto para la madre como para el bebé.
Autor:
Staff
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Contribuciones:
Paula Torres
Paula Torres es fisioterapeuta y monitora de clases dirigidas, con una gran pasión por ayudar a otros a alcanzar sus metas de bienestar físico y salud. Graduada en Fisioterapia y con certificaciones en diversos cursos donde se ha ido especializando en diferentes materias, Paula combina su profundo conocimiento anatómico con técnicas de entrenamiento innovadoras para ofrecer clases que no solo son efectivas sino también seguras y motivadoras. Con años de experiencia en el sector, se dedica a mejorar la movilidad y la calidad de vida de sus pacientes a través de enfoques personalizados y adaptativos. En sus artículos, encontrarás consejos prácticos y ejercicios efectivos diseñados para que te sientas y vivas mejor.