La fisioterapia moderna combina diferentes técnicas para favorecer la recuperación del cuerpo, aliviar el dolor y mejorar la función muscular. Entre esas herramientas, la electroterapia ocupa un lugar destacado por su capacidad para modular el dolor, reducir la inflamación y estimular la musculatura sin necesidad de procedimientos invasivos.
Aunque su nombre pueda sonar complejo, la electroterapia es una técnica segura y eficaz que utiliza corrientes eléctricas de baja o media intensidad con fines terapéuticos. Se aplica tanto en lesiones agudas como crónicas, y forma parte de los tratamientos habituales en muchas clínicas de fisioterapia.
Qué es la electroterapia
La electroterapia consiste en la aplicación controlada de impulsos eléctricos a través de electrodos colocados sobre la piel. Estos estímulos actúan sobre los nervios y los músculos, generando efectos fisiológicos que ayudan a reducir el dolor, mejorar la circulación y favorecer la recuperación del tejido.
No se trata de una técnica nueva: sus principios se conocen desde hace décadas, pero los avances tecnológicos han permitido desarrollar equipos más precisos, seguros y adaptables a las necesidades de cada paciente.
El fisioterapeuta elige la frecuencia, la intensidad y el tipo de corriente según el objetivo del tratamiento, la zona afectada y la fase de recuperación en la que se encuentre el paciente.
Principales tipos de electroterapia
Existen distintos tipos de corrientes eléctricas utilizadas en fisioterapia, cada una con un propósito terapéutico concreto. Las más empleadas son las siguientes:
TENS (Estimulación Nerviosa Eléctrica Transcutánea): se utiliza principalmente para aliviar el dolor. Actúa estimulando las fibras nerviosas que bloquean la sensación dolorosa y fomentando la liberación de endorfinas.
EMS (Estimulación Muscular Eléctrica): está orientada al fortalecimiento muscular y a la prevención de la atrofia, especialmente en personas que han estado inmovilizadas.
Interferenciales: combinan diferentes frecuencias para tratar tejidos profundos, mejorando la circulación y reduciendo la inflamación.
Microcorrientes: se aplican en fases agudas o en procesos de cicatrización, ya que estimulan la regeneración celular con una intensidad muy baja.
Estas corrientes pueden utilizarse de forma aislada o en combinación con otras técnicas, como la terapia manual o los ejercicios terapéuticos, potenciando los resultados del tratamiento.
Efectos terapéuticos de la electroterapia
Los beneficios de la electroterapia se basan en su capacidad para generar respuestas fisiológicas específicas en el cuerpo. Entre sus principales efectos destacan:
Disminución del dolor mediante la modulación nerviosa.
Reducción de la inflamación y del edema en tejidos blandos.
Mejora del flujo sanguíneo y del aporte de oxígeno a la zona tratada.
Estimulación muscular y prevención de la atrofia.
Aceleración del proceso de cicatrización y recuperación funcional.
Estos efectos hacen que la electroterapia sea una herramienta muy versátil, que puede emplearse tanto en lesiones deportivas como en dolencias musculoesqueléticas crónicas o en procesos postoperatorios.
Cuándo se recomienda la electroterapia
La electroterapia tiene múltiples aplicaciones dentro del tratamiento fisioterapéutico. Se recomienda en casos donde se busca aliviar el dolor, reducir la inflamación o mejorar la función muscular.
Algunos de los contextos más habituales en los que se emplea son:
Lesiones musculares, como contracturas o roturas fibrilares.
Esguinces, tendinitis o bursitis.
Dolor cervical o lumbar crónico.
Recuperación tras una operación o una inmovilización prolongada.
Procesos inflamatorios articulares leves.
Debilidad muscular o pérdida de tono tras una lesión.
En el caso de la rehabilitación postoperatoria, su uso es especialmente útil durante las primeras fases, ya que ayuda a controlar el dolor y a mantener el tono muscular mientras el paciente recupera la movilidad. De hecho, ya destacamos su importancia en el artículo sobre rehabilitación tras una operación: el papel de la fisioterapia.
Cómo se aplica la electroterapia en una sesión
La aplicación de la electroterapia es sencilla, pero siempre debe realizarla un fisioterapeuta colegiado. El profesional coloca los electrodos sobre la zona a tratar, eligiendo cuidadosamente el tipo de corriente y la intensidad adecuada.
Durante la sesión, el paciente puede notar una sensación de hormigueo o contracción leve en la zona. Es un estímulo controlado, indoloro y seguro. La duración varía según el objetivo del tratamiento, pero suele oscilar entre 10 y 30 minutos.
En muchos casos, la electroterapia se combina con otras técnicas, como masajes, estiramientos asistidos, ejercicios de reeducación postural y demás tratamientos de fisioterapia más comunes para el dolor de espalda. Esta combinación potencia los efectos analgésicos y mejora los resultados a largo plazo.
Si el fisioterapeuta lo considera oportuno, puede recomendarle al paciente seguir con las sesiones en su propio hogar con la ayuda de un dispositivo como este:
El Beurer EM 49 es un moderno dispositivo TENS/EMS digital combinado, pensado tanto para aliviar el dolor muscular como para fortalecer los músculos mediante estimulación eléctrica. Incluye cuatro electrodos adhesivos, lo que permite tratar varias áreas del cuerpo simultáneamente. Ofrece una función de masaje, y su diseño “tres en uno” permite disfrutar de terapias de alivio del dolor, tonificación y relajación. Es una opción efectiva para usuarios que buscan tratamiento en casa con tecnología versátil y práctica.
Ventajas de la electroterapia
La electroterapia ofrece múltiples beneficios tanto para pacientes con lesiones recientes como para aquellos que padecen dolor crónico.
Algunas de sus principales ventajas son:
No es invasiva ni requiere medicación.
Se adapta a las necesidades de cada paciente.
Puede utilizarse en casi todas las etapas de la recuperación.
Permite tratar zonas profundas sin dañar los tejidos superficiales.
Favorece la relajación muscular y el bienestar general.
Además, su uso regular dentro de un programa de fisioterapia puede acortar los tiempos de recuperación y mejorar la calidad del movimiento.
Precauciones y contraindicaciones
A pesar de ser una técnica segura, la electroterapia no está indicada en todos los casos. No se recomienda en pacientes con marcapasos, alteraciones de la sensibilidad, infecciones cutáneas, heridas abiertas o enfermedades cardíacas graves.
Tampoco debe aplicarse durante el embarazo sobre la zona abdominal o lumbar, ni en personas con epilepsia o tumores. Por eso, antes de iniciar cualquier tratamiento con electroterapia, es imprescindible que el fisioterapeuta realice una valoración completa y descarte posibles contraindicaciones.
Evidencia científica y respaldo profesional
Diversos estudios publicados en revistas como Journal of Orthopaedic & Sports Physical Therapy y Clinical Rehabilitation avalan la eficacia de la electroterapia en el control del dolor y en la mejora de la función muscular.
En España, el Consejo General de Colegios de Fisioterapeutas reconoce la electroterapia como una herramienta terapéutica válida dentro de la práctica clínica, siempre que se aplique con fines sanitarios y bajo la supervisión de un profesional cualificado.
El papel del fisioterapeuta

El éxito del tratamiento con electroterapia no depende solo de la máquina utilizada, sino del criterio del fisioterapeuta. Su experiencia y conocimiento son esenciales para ajustar los parámetros eléctricos, seleccionar la técnica más adecuada y combinarla con otros métodos de recuperación.
Además, el fisioterapeuta guía al paciente en la progresión hacia ejercicios activos y técnicas complementarias, garantizando una recuperación funcional completa y evitando recaídas.
Conclusión
La electroterapia es una herramienta eficaz, segura y versátil dentro de la fisioterapia. Su capacidad para aliviar el dolor, reducir la inflamación y estimular los músculos la convierte en un recurso valioso tanto en lesiones recientes como en procesos crónicos.
Aplicada por profesionales cualificados y combinada con otras técnicas, contribuye a acelerar la recuperación y a mejorar la calidad de vida del paciente. En definitiva, la electroterapia demuestra que, con la ayuda de la tecnología y el conocimiento clínico, es posible mejorar la salud de forma natural y controlada.
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Paula Torres
Paula Torres es fisioterapeuta y monitora de clases dirigidas, con una gran pasión por ayudar a otros a alcanzar sus metas de bienestar físico y salud. Graduada en Fisioterapia y con certificaciones en diversos cursos donde se ha ido especializando en diferentes materias, Paula combina su profundo conocimiento anatómico con técnicas de entrenamiento innovadoras para ofrecer clases que no solo son efectivas sino también seguras y motivadoras. Con años de experiencia en el sector, se dedica a mejorar la movilidad y la calidad de vida de sus pacientes a través de enfoques personalizados y adaptativos. En sus artículos, encontrarás consejos prácticos y ejercicios efectivos diseñados para que te sientas y vivas mejor.